Un vecino de San Antonio de Benagéber, de 70 años, se enfrenta a una petición de condena de 10 años de cárcel por prender fuego a la que fuera su casa y de la que le desahució su hijo en 2002. El procesado explicó que para no ser embargado por los malos resultados de un negocio, decidió poner a nombre de su hijo la que era su vivienda habitual en San Antonio de Benagéber. El hijo, según explicó, no sólo no aceptó tiempo después devolverle la propiedad a su padre sino que ordenó que lo desahuciaran. El hombre y su mujer se vieron en la calle y se trasladaron a vivir a casa de su hija, quien a consecuencia de las tensiones originadas por el conflicto se separó. El acusado explicó que harto de la situación, "de la impotencia, de ver que no podía hacer nada, que la pensión de poco más de 300 euros no me daba para buscar un lugar para vivir, decidió prenderle fuego a la casa". Y añadió que lo hizo por venganza "pero que no quería hacer daño a nadie, me aseguré de que no hubiera nadie ni en la casa ni en las de al lado". Reconoció haber apilado todos los muebles en las distintas habitaciones y haber colocado entre ellos tres botellas de butano casi vacías con la espita abierta. El hijo no declaró en el tribunal, pero sí la nuera, que dijo haber pagado por la casa aunque no presentó ningún papel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de mayo de 2005