En el primer día del debate parlamentario sobre el estado de la nación, le espetó el líder del PP, Mariano Rajoy, al presidente del Gobierno la siguiente frase: "Usted traiciona a los muertos".
Pues mire, señor Rajoy, a los muertos nunca se les traiciona, en todo caso se honra o se deshonra su memoria y los recuerdos que nos han dejado. El intentar alcanzar la paz, con las enormes dificultades que ello conlleva, debiendo articular y equilibrar muchos intereses en juego, y haciendo unas cesiones que en principio parecen inadmisibles, pero que luego el tiempo y la historia las convierten en necesarias y razonables, es preservar la vida de los vivos, para que cuando más tarde sea posible se junten con sus seres queridos ya fallecidos, algunos brutal e injustamente muertos en atentados terroristas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de mayo de 2005