El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, inició ayer la segunda sesión del debate sobre el estado de la nación con una constatación, que la unidad contra el terrorismo padece una de sus crisis más graves. "Para desgracia de nuestras formaciones políticas [PP y PSOE], sólo nos une el dolor causado por el terrorismo", afirmó en el hemiciclo del Congreso por la mañana.
Sin embargo, al cerrar el debate, casi 12 horas más tarde, el presidente cambió su discurso y ofreció su "mano tendida" al líder del principal partido de la oposición, Mariano Rajoy, para recuperar la unidad. En ese momento, el líder conservador no estaba en el escaño. Habló por la mañana, cuando acusó al jefe del Gobierno de haber roto el Pacto Antiterrorista. "Con el terrorismo yo no voy a jugar. Si el presidente quiere entrar en el club de ERC, es su responsabilidad", declaró.
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Alfredo Pérez Rubalcaba, en su intervención como portavoz socialista, acusó a Rajoy de "trabajar para romper el pacto" y de perpetrar una "infamia" al acusar a Zapatero de traicionar a las víctimas del terrorismo. Tampoco estaba Rajoy, pero el discurso de Rubalcaba estaba dirigido a él: "Nunca nadie hizo tanto por destruir la unidad de los demócratas contra ETA, nunca nadie había llegado tan lejos".
En el debate, el PNV animó a Zapatero a "negociar con quien sea" para acabar con ETA. El presidente se comprometió a trabajar para ese fin "contra el viento de la deslealtad y la marea de la intolerancia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de mayo de 2005