¿Cómo pueden tener la desfachatez de acusar al Gobierno actual de "traición a los muertos" quienes, teniendo responsabilidades gubernamentales, no hicieran otra cosa cuando después de haberse cometido hace poco más de un año el más atroz y más sangriento atentado de toda la historia de España, trataron de ocultar a la ciudadanía española (y en especial a las víctimas y sus familias) la verdad sobre su autoría, atribuyéndola de forma empecinada, en un más que estudiado y meditado cálculo de los réditos electorales que esto les supondría, a ETA, una banda terrorista que, ante la perfecta acción antiterrorista llevada a cabo por el anterior Ejecutivo (dicho por el señor Rajoy), estaba fuera de las instituciones y contra las cuerdas, poco menos que desahuciada?
¿Cómo era posible entonces que pudiera haber cometido un atentado de tal magnitud.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de mayo de 2005