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Entrevista:CARMEN LÓPEZ CASTILLO | Artista

"Indago el papel de la memoria como alimento"

Con una discreción desconocida en la creación actual, Carmen López Castillo (Vitoria, 1956) va conformando un universo personal a base de instalaciones en apariencia frágiles, pero que están marcadas por la dureza de la vida cotidiana, de la tierra y del ser humano. El viernes pasado se presentó en Vitoria un libro-catálogo, Tres colores (Editorial Bassarai, en colaboración con el Gobierno vasco) en el que se recogen sus últimas creaciones, acompañadas de textos del artista Francisco Ruiz de Infante, el poeta Felipe Juaristi y la historiadora del arte Adelina Moya.

Pregunta. El título de sus tres instalaciones (Blanco, Rojo y Azul) es una referencia clara a la trilogía cinematográfica de Krzysztof Kieslowski.

Respuesta. Sí, evidentemente. Una de mis pasiones siempre ha sido, con la literatura, el cine. Y cuando empecé a trabajar con la instalación Blanco se proyectaban aquellas películas y pronto surgió la asociación, que se impuso cuando decidí plantear el segundo trabajo alrededor del vino.

P. En Blanco, el argumento es la sal de Salinas de Añana.

R. En principio iba a ser un trabajo colectivo sobre salinas de varios pintores y escultores alaveses. Al final no salió adelante, pero yo me quedé fascinada con el pueblo y el trabajo de la sal, y seguí por mi cuenta. Fue una investigación apasionante. Durante un mes, estuve allí, hablando con la gente del pueblo, trabajando en las salinas.

P. Y el texto sobre esta obra lo ha escrito Francisco Ruiz de Infante. ¿Por qué?

R. Es un artista que me interesa mucho, que trabaja sobre el blanco... me parecía que sus impresiones sobre la obra podían encajar. Y a él le pareció muy bien la idea de colaborar.

P. Rojo se traslada a Ollauri, a La Rioja, al mundo del vino.

R. En esta ocasión, el trabajo es similar a Blanco, pero incluye el componente afectivo, ya que mi madre es de Ollauri. Otra vez trato de expresar el papel de la memoria y el paso del tiempo en el proceso que conduce a un alimento, que puede ser biológico, pero también intelectual o sentimental. Felipe Juaristi es un poeta que me gusta mucho y pensé que su escritura podía completar el trabajo.

P. En esta trilogía sobre el ser humano, ¿qué lugar le queda a Azul?

R. Quizás el más duro, el más violento, el que se refiere a los malos tratos a las mujeres. Fue una instalación muy dolorosa, porque una de las referencias para el trabajo era la actualidad cotidiana (compuesta por fotografías de mujeres en representación de las maltratadas) y, casi a diario, había una muerte por malos tratos. Así que iba añadiendo una foto y otra... Lo tuve que dejar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de mayo de 2005