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58º FESTIVAL DE CANNES

Natalie Portman sale de la galaxia para afrontar nuevos retos

El final de la saga de La guerra de las galaxias (Star Wars) se desveló ayer en el Festival de Cine de Cannes de la mano de su creador, George Lucas, y se conocerá el próximo jueves en todo el mundo con el estreno de Episodio III. La transformación del caballero Jedi en el temible Darth Vader tiene referencias a la democracia, el poder y la dictadura. "Esto nos hará reflexionar mucho sobre nuestros principios", afirma el cineasta, que defiende la tecnología digital como el futuro del cine. La serie más compleja de la historia del celuloide ha recaudado desde que comenzó, hace 28 años, un total de 2.700 millones de euros. La actriz Natalie Portman, con la cabeza rapada, piensa ya en otros proyectos.

Después de encarnar durante una década a la Reina Amidala en la célebre saga de George Lucas, la bella Natalie Portman ha decidido dar rienda suelta a su talento interpretativo con nuevos personajes y probando otras experiencias y géneros cinematográficos. De hecho, ha llegado a la Croisette para acompañar a su mentor Lucas, al que dice "le debe su mejor experiencia profesional y humana", pero también para presentar su segunda película en el festival, Free zone, del israelí Amos Gitai.

En esta entrega, la joven actriz (Jerusalén, 1981) ha cambiado de registro para volcarse en una historia con trasfondo político y matones, ambientada en su natal Jerusalén, y que protagoniza junto a Carmen Maura. "Siento excitación y tristeza. Emociones encontradas. Siento una profunda nostalgia de mi papel galáctico al que ya estaba tan acostumbrada, pero es hora de emprender nuevos retos. Quiero trabajar con muchos directores y enriquecerme con lo mejor de cada uno de ellos. También quiero viajar mucho, si es posible a mis orígenes en el Medio Oriente, pues creo que para ser un buen actor debes recordar siempre quién eres, vivir muchas experiencias y aprender de la gente que te rodea, y no sólo rodar películas y hacer dinero", declaró.

Virtudes

De hecho, tras este breve paso por Cannes, Portman retornará al estudio de V de venganza, para reincorporarse a su nueva aventura fílmica, de ciencia-ficción, bajo la dirección de los hermanos Wachowski. Para esta interpretación, la actriz ha cambiado su aspecto, afeitándose de raíz su castaña cabellera. "Es una buena transición y me siento muy cómoda así. De todos modos, ya llega el verano y podré disfrutar mejor del clima".

Es que además sus virtudes no se limitan a su belleza: es infatigable, con talento e intuitiva. En su fugaz ascenso a la cima de Hollywood, siempre ha demostrado buen gusto al elegir sus trabajos en el cine y el teatro, a los que asegura amar por igual. "Es como la pintura y la escultura. Tienen el mismo concepto, pero con diferentes herramientas", señaló. Recientemente fue seleccionada al Oscar por Closer. Y, por si no bastara, acaba de graduarse en Psicología en la Universidad de Harvard. "Adoro la actuación, pero he preferido prepararme en otro campo. Nunca se sabe qué te depara la vida y prefiero estar lista para todo".

A pesar de la candidez de su rostro, Portman emana sensualidad. Por ello, muchos la han calificado como la nueva sex symbol: "No lo creo, ni lo he pensado", dice con timidez.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de mayo de 2005