Una información que debía darse a los ciudadanos europeos, en mitad de la oleada de procesos de ratificación que se están llevando a cabo en la mayor parte de la Unión Europea, es sobre las alternativas que pueden darse en caso de que no se lograra la unanimidad en la aprobación del Tratado constitucional en los 25 países.
Pocos ciudadanos conocen las consecuencias de una posible no entrada en vigor de la Constitución Europea. Bien es cierto que no serán las mismas circunstancias si alguno de lo miembros aparcan la Carta Magna, o si son Francia o Reino Unido los que decidan proclamar el "no". Políticamente, las consecuencias serán significativas. Pero en el plano jurídico, se deja en manos del Consejo la decisión de la entrada en vigor de la Constitución si al menos 4/5 de los miembros han ratificado el texto, según la Declaración 30 del Tratado.
Con respecto a los escenarios alternativos, los hay para todos los gustos y opiniones. Hay quienes se conforman con la vigencia de Niza como algo suficiente, para los que proclaman una refundación de una nueva Europa a partir de los firmantes, los que intentarían salvar la Constitución en referendos sucesivos, periodos transitorios para ir adaptando el texto a las normativas nacionales... En definitiva, un elenco de posibilidades que sólo tienen valoración a partir de la pregunta sobre qué tipo de Unión Europea queremos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de mayo de 2005