El realizador de cine José Luis Guerín alabó el "importante legado" del cine ruso de los años 20, periodo en el que los cineastas trabajaban con "euforia" y en un estado de "debate y discusión permanente". Por el contrario, según opinó, los cineastas ahora son "personas muy solitarias", que "cuando abrimos la boca es para promocionarnos y para hacer de abogados defensores de nosotros mismos". Durante su visita a Alicante para participar en el seminario de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) sobre Movimientos sociales y creación artística, que dirige Ignacio Ramonet, Guerín, realizador del galardonado documental En construcción, resaltó que este grupo hizo "una reformulación permanente" y "reinventó el cine", con distintos talleres y experiencias, como la fábrica del actor excéntrico, el taller de cine experimental, el cine tren y el cine ojo, entre otras. Por eso, echó en falta la originalidad y diálogo entre los cineastas actuales.
Ramonet explicó que la idea central de este foro es analizar "en qué medida el arte puede ponerse al servicio de una causa", a través de la experiencia que narrarán varias personalidades que han vivido momentos de revolución política en sus respectivos países.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de mayo de 2005