José Mourinho, el entrenador del Chelsea, dejó claras sus preferencias para reforzar al equipo campeón de la Premier League justamente después de levantar el trofeo inglés. Un defensa izquierdo, un centrocampista y un delantero fueron sus peticiones al dueño del club, el magnate ruso Roman Abramovich. Pero la maquinaria se había puesto en marcha antes. Desde enero, concretamente, cuando se reunió en un hotel londinense con Ashley Cole, lateral zurdo del Arsenal, acompañado del director ejecutivo del Chelsea, Peter Kenyon, ex del Manchester. El encuentro fue aireado por la prensa y denunciado posteriormente por el Arsenal, que montó en cólera y acusó al Chelsea de "contacto ilegal".
La FIFA prohíbe las negociaciones con cualquier futbolista antes de los seis últimos meses de su contrato. Y la vinculación de Cole con el Arsenal se prolongaba aún durante más de dos temporadas, hasta junio de 2007. Así que la Liga inglesa abrió una investigación y ayer inició un proceso de dos días en los que escuchará a todas las partes implicadas y sus testimonios. La audiencia comenzó con las declaraciones del jugador; de su representante, Jonathan Barnett, y del vicepresidente del Arsenal, David Dein. Los tres miembros de la comisión atenderán hoy a los representantes del Chelsea y la próxima semana emitirán un veredicto.
Con la normativa en la mano, Mourinho y el Chelsea, que entonces ya hubo de pagar 48.000 euros, serían nuevamente castigados con dureza. No sólo la FIFA prohíbe tales negociaciones a más de seis meses de la finalización de los contratos, sino también la reglamentación inglesa. El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, se ha posicionado a favor de un serio castigo. "Hace falta más disciplina", afirmó Blatter, quien incluso consideró "una buena idea" impedir al Chelsea fichar durante cierto tiempo.
Otro técnico de la Liga inglesa, Rafa Benítez, del Liverpool, también denunció en abril los contactos del Valencia con el delantero Milan Baros. El presidente del club español, Juan Soler, admitió las negociaciones y el secretario técnico, Eduardo Macià, se reunió con el checo en Praga hace unas semanas. Benítez advirtió que eso suponía "un contacto ilegal", ya que Baros, al igual que Cole, tiene un compromiso hasta 2007.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de mayo de 2005