La boca de los niños no recibe el mismo tratamiento público en toda España. Algunas comunidades autónomas, como País Vasco o Andalucía, han implantado programas de atención bucodental para escolares.
Es un ejemplo de la dispersión de prestaciones sanitarias entre las 17 comunidades autónomas, que han ido añadiendo prestaciones, especialmente desde que en 2001 el Ministerio de Sanidad cedió las competencias a las comunidades que aún no gestionaban su sistema sanitario.
Andalucía financia el cambio de sexo (realiza unas 10 operaciones al año), bombas de insulina para diabéticos y la píldora del día siguiente, entre otras. Además, gasta al año 4,2 millones de euros para extracciones, limpiezas y empastes a niños que realizan dentistas privados a un precio fijo.
La Comunidad Valencia ha incluido entre sus prestaciones servicios que no dan otras comunidades, como audífonos para jóvenes con hipoacusia, sillas de ruedas para parapléjicos, cosméticos para personas con lesiones cutáneas o pelucas para pacientes oncológicos. También ha incluido entre sus prestaciones la neurorrehabilitación para niños con parálisis cerebral, entre otras.
Cataluña financia con dinero público la píldora del día siguiente, y en algunos centros de salud de Cataluña hay podólogos o dentistas, entre otros servicios. El País Vasco tiene un programa de salud bucodental para escolares y tiene una unidad de psicosis refractaria. La Comunidad de Madrid gasta al año 480.000 euros en bombas de insulina para diabéticos y 1,64 millones en el plan autonómico de cardiopatía isquémica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de mayo de 2005