El Ayuntamiento de Barcelona se gastará un millón de euros en instalar una capa de cristal entre la cubierta y la estructura del mercado de Santa Caterina, proyectado por la arquitecta Benedetta Tagliabue, para evitar posibles filtraciones de agua y la entrada de palomas. El acristalamiento no constaba en el proyecto inicial, según explicó ayer el concejal de Promoción Económica, Jordi Portabella, por lo que, con este incremento, las obras costarán finalmente 13 millones de euros. "Dadas las formas singulares del mercado, su cubierta deja unos espacios más grandes de lo que es habitual", aseguró.
La lluvia del pasado martes provocó la entrada de agua en el interior del mercado a causa, según el Instituto Municipal de Mercados (IMMB), de la filtración de restos de escombros de la obra a través de una cañería exterior y por las juntas de unos cristales. Un portavoz del IMMB añadió que COMSA, la empresa constructora, ha reparado los desperfectos. "Hubo una filtración, pero se afrontó sin problemas, no se inundó nada ni se ahogó nadie", afirmó la presidenta de los comerciantes de Santa Caterina, Glòria Esforzado.
Portabella aseguró que el sellado de cristal de las instalaciones se decidió hace tres meses y que fue aprobado en abril por la comisión de gobierno, por lo cual la decisión no tiene nada que ver con las filtraciones del martes.
El incidente dio pie a que el líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, soltara ayer uno sus habituales comentarios jocosos: comparó al alcalde Joan Clos y a Portabella con los personajes del cómic Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de mayo de 2005