Quizá no llegó en el mejor día, porque abrir la sección oficial a concurso tras la larga noche de la gala de inauguración no es precisamente un seguro de que la película será bien considerada por el jurado, pero El mundo alrededor, de Álex Calvo Sotelo, llenó ayer de frescura el arranque de la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Peñíscola, con un cine joven y atrevido, realizado con una enorme coherencia respecto a la historia que narra, además de rescatar para el cine español las road movies, un género poco frecuentado por nuestros directores. No se puede decir lo mismo de Un rey en La Habana, el desafortunado debú en la dirección de Alexis Valdés, que completó ayer el menú de la sección oficial.
El viaje iniciático de cinco jóvenes por media España para asistir al festival Viña Rock en Villarrobledo (Albacete) sirve a Calvo Sotelo para trazar un retrato de trazos gruesos sobre sus personajes y adornarlos con una espectacular banda sonora que esperan editar "en CD, porque una recopilación como ésa sólo puede hacerse si es una banda sonora", según el protagonista, Antonio Molero, que acudió a Peñíscola también en calidad de productor asociado. Además de él, participa en El mundo alrededor la productora valenciana De Palacio, por lo que la película se convierte en la única representante valenciana.
El viaje de los protagonistas para poder hacer este filme también fue duro y sinuoso, según explicaron el realizador y su principal protagonista. "Surgió del promotor del festival Viña Rock, que quería hacer un documental sobre el certamen, pero poco a poco se fue convirtiendo en una película de ficción", dijo Calvo Sotelo. Luego llegaría la entrada en el proyecto de Molero y las piruetas económicas para sacarlo adelante: "La película tiene un gran espíritu combativo, porque teníamos sólo seis semanas para hacerla, durante el descanso de Los Serrano, y convenimos que el equipo capitalizara sus sueldos para encontrar financiación", indicó el protagonista del filme. A Molero todo el mundo lo llama Fiti, como el personaje que interpreta en la serie, y, como fenómeno televisivo centró la atención de numerosos cazaautógrafos.
La gala de inauguración tuvo algo más de glamour que otros años y ofreció un singular cóctel de muchas caras conocidas de la tele, gentes del cine, periodistas, cortometrajistas y la burguesía local. La gala, presentada por Maribel Vilaplana y el cómico Alfredo Díez, tuvo como continuidad una fiesta al aire libre en el paseo marítimo y, para los más perseverantes, una divertida sesión de pinchadiscos en una de las discotecas de la localidad. Y es que en Peñíscola las noches son tan largas como los días.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de mayo de 2005