Mitsubishi Motors anunció ayer que su pérdida neta consolidada se elevó a 474.790 millones de yenes (3.222 millones de euros) en el año fiscal 2004, por su dificultad para remontar la crisis de ventas en Japón y América del Norte. Sobre este fabricante japonés de automóviles sigue pesando la sombra de las dudas de los usuarios, tras los numerosos escándalos relativos a la ocultación de fallos de fabricación, que en algunos casos desembocaron en accidentes mortales.
Las pérdidas de la empresa en el ejercicio fiscal, que finalizó el pasado 31 de marzo, duplicaron las del año anterior, que fueron de 215.420 millones de yenes (1.462 millones de euros). El fabricante japonés registró también una caída de ventas del 15,8% respecto al año fiscal 2003 e ingresó 2,1 billones de yenes (14.410 millones de euros).
Según el comunicado de resultados, la empresa reconoce que su constante declive se debe a los continuos errores en la producción de automóviles y al encubrimiento de las quejas de los clientes desde 1969 y hasta que salieron a la luz hace cinco años.
Para el año fiscal en curso, la compañía espera reducir fuertemente sus pérdidas, hasta los 64.000 millones de yenes (434 millones de euros).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de mayo de 2005