Sigfrid Gràcia (Gavà, 1932), jugador del Fútbol Club Barcelona durante 14 temporadas, falleció ayer, a los 73 años, por unos problemas de salud que se agravaron en los últimos días. Los funerales por el ex futbolista se celebraron ayer en la iglesia de Sant Pere de Gavà.
Desde su retirada, Gràcia continuó vinculado a la entidad barcelonista como uno de los miembros más activos de la Agrupación de Veteranos. Jugador muy querido por su calidad humana, presentaba un gran currículo puesto que ganó tres Ligas (1952-1953, 1958-1959 y 1959-1960), tres Copas de Ferias (1957-1958, 1959-1960 y 1965-1966), cuatro Copas de España (1953, 1957, 1959 y 1963) y una Copa Eva Duarte (1953).
Al igual que los futbolistas barcelonistas de su generación, su mayor decepción fue la dolorosa derrota sufrida por el Barcelona en la final de la Copa de Europa de 1961 frente al Benfica (3-2). Gràcia disputó en total 525 partidos con la zamarra azulgrana, con la que marcó 21 goles, y fue 10 veces internacional con la selección española, en la que debutó en 1959 y se alineó en el Mundial de Chile 1962.
Nacido en Gavà el 27 de marzo de 1932, Gràcia destacó como interior izquierda de la peña Peques y posteriormente en el Gavà, previo paso a su fichaje por el España Industrial, equipo filial del Barcelona.
Descubierto por Josep Boter, secretario del fútbol base azulgrana, destacó a muy temprana edad por su extraordinaria capacidad de sacrificio, y no tardó en incorporarse en el primer equipo. Tenía 20 años y la alternativa se la dio el entrenador Fernando Daucik, quien le convirtió en el lateral izquierdo titular. Futbolista sobrio, solvente y regular, se distinguió siempre por su capacidad de trabajo y fue muy apreciado por el barcelonismo, incluso después de retirarse, tras un partido de homenaje contra el Benfica (1-1) que compartió con su compañero Martí Verges el 12 de octubre de 1966.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de mayo de 2005