El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells, alertaron ayer del problema de la pequeña dimensión de las empresas catalanas en la escuela de negocios Esade, durante la presentación de un observatorio que medirá el espíritu emprendedor en Cataluña. "Faltan empresas de gran tamaño", advirtió Maragall, que puso como ejemplo el sector farmacéutico: "Hace 30 años Cataluña tenía cuatro grandes empresas farmacéuticas; ahora hay tres", tras la fusión de Almirall y Prodesfarma a finales de la década de 1990.
¿Por qué no va más allá el proceso de fusiones? El jefe del Ejecutivo tripartito aludió al científico James Watson, uno de los padres de la doble hélice del ADN, para explicar que los empresarios catalanes "tienen características genéticas" que favorecen la proliferación de pymes, "pero probablemente sea positivo modificar esos genes, pese al dilema moral que siempre provocan esos cambios".
Castells afirmó que el gran activo de la economía catalana son precisamente las pymes. "Pero hay que analizar por qué esa fortaleza en la base se rompe, por qué el proceso de selección natural dificulta en Cataluña la creación de empresas de gran dimensión", dijo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de mayo de 2005