Más de 200 hectáreas de masa forestal y un bombero herido, con quemaduras que no alcanzan el segundo grado, era el resultado provisional al cierre de esta edición de un incendio que se declaró ayer a mediodía en Margalef (Priorat) y que se desplazó en dirección noroeste, hacia La Granadella (Les Garrigues), alejándose del parque natural del Montsant, que no resultó afectado por las llamas.
El incendio requirió un despliegue de medios espectacular: 42 vehículos terrestres de bomberos con sus correspondientes dotaciones, además de un hidroavión proveniente de Madrid, dos helicópteros bombarderos, dos aviones cedidos por la Generalitat valenciana y otros tres medios aéreos.
Pese a todo, el fuego permanecía ayer fuera de control y la extrema sequedad de la zona hacía temer a los bomberos que la cifra de hectáreas quemadas aumentase de forma considerable en horas siguientes. Los bomberos intentaron atacar el incendio por varios puntos en Margalef, pero el fuego fue avanzando hasta disgregarse en varios frentes. Al verse superados, los agentes trataron de dirigirse a una carretera para detenerlo allí, pero el fuego llegó antes que ellos, cruzó la pequeña vía rural y continuó extendiéndose en dirección a la provincia de Lleida.
Durante estos trabajos, un bombero del parque de Tortosa (Baix Ebre) sufrió quemaduras en el rostro y tuvo que ser evacuado e ingresado en el hospital tortosino Verge de la Cinta. "Si hubiera hecho viento, habría sido mucho peor", decían ayer fuentes de los bomberos de la Generalitat, que apuntaban como causa directa de la violencia del fuego la sequía de los últimos meses. Estas mismas fuentes aseguraron que la falta de humedad había convertido la zona en una superficie perfectamente combustible, debido a la gran cantidad de árboles y sotobosque completamente secos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de mayo de 2005