Lo que más preocupa en estos momentos a los pescadores del Cantábrico es que sus colegas franceses, que usan redes de arrastre pelágico, salgan a faenar el próximo 1 de junio como parece que ocurrirá. Francia, que sólo tiene un 10% de cuota de capturas frente al 90% español, no quiere jugársela y tomar una decisión drástica de cierre de pesquería de la anchoa antes del domingo, cuando se celebra el referéndum sobre el Tratado de la Constitución Europea, aunque no lo admita y vista esta razón con otras palabras.
El director de Pesca Marítima y Acuicultura del país vecino, Damián Cazé, transmitió ayer al secretario general de Pesca Marítima, Juan Carlos Martín Fragueiro, que su país precisa "un mayor tiempo de reflexión a la espera de unos dictámenes científicos más concluyentes sobre la causa de esta crisis de capturas" y de la reunión que convocará la Comisión Europea para hablar del paro biológico que reclamó ayer España a Francia, según informó el ministerio. Fue en el transcurso de una reunión que celebraron en París para tratar de buscar soluciones a la crisis y en la que se comentó la posibilidad de gestionar un nuevo sistema de tratamiento de la pesquería.
"Sería una irresponsabilidad total que la flota francesa saliera a faenar viendo los informes científicos del Ejecutivo vasco y de los gobiernos español y francés", dijo Iñaki Zabaleta. "Hay muy poca anchoa, pero de actuar así podríamos llegar al colapso total".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de mayo de 2005