Domingo 15, San Isidro. Dos horas desde la plaza de Castilla hasta llegar -¡por fin!- a un sitio por donde cruzar la Castellana desde la plaza de Rubén Darío. ¿Motivo? Una extraña exhibición de coches antiguos y estrambóticos, sobre lo que el lunes no veo nada en EL PAÍS.
Como son pocos los maratones y pruebas ciclistas, ahora le toca el turno a los coches. ¡Señor Gallardón, no se puede dividir Madrid en dos, dejar incomunicada media ciudad!
Ya digo, dos horas por el carril derecho en dirección a Cibeles... ¡para llegar a Príncipe de Vergara! No sé cómo estaría Madrid con una Olimpiada. No sé.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de mayo de 2005