Semántica, morfología y sintaxis son pilares básicos en gramática que nos indican la utilización correcta de la lengua. Y cuando las palabras se emplean como cargas de profundidad y no como vehículo de entendimiento (triste costumbre extendida entre nuestros políticos), no estaría de más guiarnos por ese singular SMS.
Las palabras tienen un significado concreto que la semántica delimita con claridad: no les otorguemos uno que no les corresponda. Atengámonos a las formas adecuadas de las palabras (la morfología es eso), porque adjetivamos con una alegría que espanta. Sujeto, verbo y predicado van en ese orden y no en otro, porque la sintaxis marca cómo se debe construir una frase para que la idea que expresa se transmita con claridad. Uno no puede ni debe alterar ese orden sin el consenso de la comunidad de hablantes. País de quijotes o no, en la lucha contra el terrorismo debemos mirar juntos en la misma dirección, y tener claro que en la lontananza no hay gigantes, sino molinos de viento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de mayo de 2005