Los que buscan en el Polígono Sur un resquicio por el que entrar en el mercado laboral -en este barrio sevillano, el 40% de los hogares no tiene ninguna persona con empleo- se pasan, a veces, por el centro Andalucía Orienta de la Junta. Al otro lado de la mesa les espera, junto a otros compañeros, Rosa Faustino. "Muchas veces vienen pidiendo cosas que nosotros no les podemos garantizar, como un trabajo inmediato o cursos con becas", explica Rosa, de 32 años. Entonces, hay que persuadirles de que deben empezar un proceso, quizá largo, en el que se identifiquen sus carencias formativas y se les guíe hacia lo que el mercado demanda. "Deben hacerse responsables de su propia búsqueda de empleo".
En el Polígono Sur, los que solicitan orientación laboral suelen ser "de etnia gitana, con muy pocos recursos económicos y un nivel formativo muy bajo", detalla Rosa. La falta de formación es un mal muy extendido en el barrio: el 60% de sus habitantes no acumula más de cinco cursos educativos.
"Nuestro trabajo tiene muy buena acogida", asegura Rosa, quien también se muestra "muy satisfecha" con su labor, basada en gran medida "en el apoyo de las asociaciones, los servicios sociales y el Comisionado". Para esta orientadora laboral, el principal problema no está tanto en lograr un trabajo como en mantenerse en él. "Muchos lo tienen que dejar por problemas familiares, ahí es donde se ve que en el barrio hay falta de recursos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de mayo de 2005