El presidente de la Generalitat valenciana, el popular Francisco Camps, aseguró ayer que "la vía valenciana [de reforma del Estatuto de autonomía] será para bien de los valencianos y de todos los españoles". Camps y el secretario general del Partido Socialista del País Valenciano (PSPV-PSOE), Joan Ignasi Pla, firmaron en el Saló de Corts del Palau de la Generalitat, en Valencia, el documento que sella el acuerdo entre los dos partidos para reformar el Estatuto, modificar tres leyes autonómicas y aprobar una cuarta con el objetivo de lograr un nuevo impulso autonómico.
El acto, celebrado en el salón más solemne del Palau de la Generalitat y al que fueron invitados numerosos cargos públicos, sólo contó con la presencia de dos de los tres ex presidentes de la Generalitat: el socialista Joan Lerma, que ocupó el Gobierno valenciano entre 1982 y 1995, y el popular José Luis Olivas, presidente entre 2002 y 2003. Ambos se mostraron satisfechos con la reforma y felicitaron a Camps y a Pla.
Eduardo Zaplana, actual portavoz del PP en el Congreso y presidente de la Generalitat entre 1995 y 2002, no acudió a la firma del acuerdo. Fuentes próximas al portavoz popular, que todavía no se ha pronunciado sobre el acuerdo para reformar el Estatuto valenciano, achacaron su ausencia a "un compromiso ineludible en Madrid". Otros cargos del PP valenciano atribuyeron la ausencia de Zaplana a la fría relación que mantiene con Camps y a sus discrepancias respecto al acuerdo alcanzado con los socialistas.
Camps, en su discurso, señaló: "Los valencianos damos un paso más hacia delante dentro de la lealtad a esa Constitución que hizo posible la recuperación de nuestras instituciones de autogobierno y dentro de la lealtad a España". El jefe del Ejecutivo valenciano manifestó que el compromiso firmado supone "el comienzo de una época nueva de autonomía y de libertad".
Por su parte, Pla, que compartió protagonismo con el presidente popular, argumentó: "No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos que nadie". El líder socialista insistió en que "la España plural no sólo es posible, sino deseable" y recordó que "los políticos tenemos la obligación de escuchar la voz de los valencianos y de que esa voz se escuche en el resto de España".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de mayo de 2005