Las antagónicas posiciones de los grupos en conflicto han colocado en un atolladero a Bolivia, tras dos semanas de movilizaciones en La Paz, que ayer fueron especialmente violentas, y bloqueos en las principales carreteras que unen el altiplano con los valles y los llanos.
La Paz fue escenario ayer de marchas campesinas en menor número que las del martes, pero mucho más agresivas, pues a su paso lanzaron piedras contra los cristales de los edificios, amenazaron a los transeúntes y sembraron el miedo al saqueo, principalmente entre los comerciantes, que cerraron las puertas de sus negocios.
Existe impaciencia y enojo en algunos sectores de los indígenas del altiplano quienes, junto a la Central Obrera Boliviana, exigen del Congreso la convocatoria de la Asamblea Constituyente y la nacionalización del gas a pesar de la reciente promulgación de la ley de hidrocarburos.
Los productores de hoja de coca de Chapare, del trópico de Cochabamba y de Yungas de La Paz, insisten en la convocatoria de una Asamblea Constituyente y rechazan la elección de prefectos (gobernadores provinciales). También se oponen al referéndum autonómico planteado por el Comité Cívico de Santa Cruz, que a su vez. Y el Comité, a su vez, se resiste a una Asamblea Constituyente, principalmente por temor a la revisión de propiedades de tierras. Se calcula que un 85% de las tierras cultivables están en manos de un 15% de propietarios.
Estas posiciones se reflejan en el Parlamento, que, el martes, reunió a unos 60 diputados tras el abandono del presidente del Congreso (diputados y senadores), Hormando Vaca Díez, y el presidente de la Cámara de los Diputados, Mario Cossío, debido a "que no se llegó a un consenso previo", según explicó ayer Vaca Díez al término de una reunión con los jefes de los partidos con representación parlamentaria.
En la reunión, en la que tampoco se acercaron las posiciones, se decidió convocar una sesión, prevista para anoche, para que se definan las fechas de convocatoria de la Asamblea Constituyente y del referéndum autonómico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de junio de 2005