Condenamos el acto de violencia sucedido en L'Hospitalet, pero también denunciamos la manipulación informativa del suceso por algunas cadenas de televisión, que han creado una realidad paralela y una imagen distorsionada del instituto, el barrio y la ciudad. Denunciamos asimismo las declaraciones de Jordi Roca, director general de Educación, quien dijo que "habría que ver las situaciones en el entorno".
Ni la gente del barrio tiene miedo, ni en los institutos existen bandas armadas. Esto no esconde que existen problemas de convivencia en los centros públicos y privados de L'Hospitalet y de tantas otras ciudades, y el Ministerio de Educación debería tomar buena nota en la futura Ley de Educación. El debate sobre la religión y el idioma ha malgastado demasiada tinta, cuando el problema de la educación es otro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de junio de 2005