Sandro Rosell nunca ha negado su admiración por Johan Cruyff. Ayer, sin embargo, no pudo hablar elogiosamente al referirse a la influencia del holandés sobre Joan Laporta. "Es un personaje muy influyente en el barcelonismo. Lleva treinta años al lado del que manda, actuando en su favor o en contra". Dada la situación actual, Rosell le pidió ayer a Cruyff, "por el bien de todos, que se aparte y no presione más al presidente". "Por favor, que se aleje un poco y deje al presidente que se relaje, porque necesitamos un presidente más relajado", apostilló.
También al referirse a su relación con Txiki Begiristain apareció en sus manifestaciones la sombra de Cruyff: "Personalmente creo que hemos tenido una buena relación profesional. Especialmente el primer año trabajamos muchas horas juntos para confeccionar la plantilla". Responsabilizó a Laporta de haber sido puenteado en las decisiones del área deportiva, de la que era vicepresidente, asegurando que "Txiki está haciendo el trabajo que le manda el presidente" y recordó que la persona que trabaja para Cruyff "también trabaja para Txiki".
Rosell no se cebó con Rijkaard, que le acusó de haber propuesto su destitución a la junta en dos ocasiones. "Es mentira. En su momento, sobre el mes de enero del año pasado, y en presencia de Txiki, Laporta, y Ten Cate, le comunicamos que si los resultados no cambiaban tendríamos que tomar decisiones drásticas. Siempre le he dicho las cosas a la cara y lo sabe". Concluyó recordando que, a raíz de aquella reunión, Rijkaard cambió el sistema de juego [pasó de un 4-2-1-3 a un 4-3-3] y ello propició que mejorase también el juego de Ronaldinho: "La decisión fue suya, y si le influyó alguien o no, le corresponde a él decirlo".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de junio de 2005