Las razones administrativas en favor de la construcción de un hotel de 11 plantas junto al Jardín Botánico de Valencia y en el solar del antiguo Colegio de los Jesuitas fueron solemnemente contestadas ayer con besos ciudadanos con ocasión del décimo aniversario de Salvem el Botànic, un movimiento ciudadano que surgió como respuesta al primer proyecto de urbanización de un solar inicialmente destinado a uso dotacional público. El muro que encierra el solar fue soporte de una cariñosa protesta. La edificabilidad prevista hace diez años se ha recortado a la mitad, pero el grupo ciudadano todavía apuesta por levantar un jardín en la parcela.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de junio de 2005