La manifestación acabó como suelen hacerlo todas; es decir, con una guerra de cifras sobre los participantes. El sistema de cálculo era el mismo para todos: multiplicar la longitud del recorrido (2,2 kilómetros), por su anchura (18 metros, correspondientes a seis carriles de tres metros cada uno) y por tres o cuatro personas por metro cuadrado.
La Delegación del Gobierno en Madrid dio la cifra de 240.000 asistentes, según informes de un helicóptero policial y de los agentes antidisturbios.
En la AVT no hubo unanimidad: algunos de sus dirigentes hablaron de 500.000 manifestantes; otros elevaron esa cifra hasta el millón. El vicepresidente segundo de la Comunidad de Madrid, Alfredo Prada (PP), dijo que "el helicóptero del Centro de Coordinación de Emergencias" había cifrado "en más de un millón" los asistentes. La salida de este helicóptero de los bomberos fue calificada de "escándalo" por el portavoz de CC OO de Madrid, Francisco Naranjo. Según ese sindicato, un alto cargo de la Comunidad conminó al jefe de guardia de bomberos a hacer despegar el aparato para sobrevolar con periodistas la manifestación. El responsable se negó, pero finalmente el helicóptero despegó a las 19.37. Regresó a la base a las 20.00. "Es escandaloso que se use un helicóptero de los bomberos para una manifestación partidista, dejando al descubierto un servicio de emergencias", dijo Naranjo. El diputado regional del PSOE Rafael Gómez pedirá la comparecencia de Prada para que explique "el uso indebido y partidista de un medio público".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de junio de 2005