En la vida mediática, un político local nunca había tenido en México tal impacto como Andrés Manuel López Obrador, de 50 años. Desde hace más de un año, todo lo relacionado con él es noticia. Sus adversarios han contribuido, sin quererlo, a su encumbramiento. Empezando por el presidente de la República, Vicente Fox, que pasó de encabezar la campaña a favor del desafuero por una disputa legal de poca monta, a dar carpetazo a la controversia. La Fiscalía zanjó el asunto poco después de que la Cámara de Diputados votara a favor de la retirada de la inmunidad de López Obrador con los votos del PAN y el PRI.
Sus detractores le acusan de populista y dibujan un escenario poco menos que apocalíptico ante un eventual triunfo de López Obrador en las presidenciales de 2006. El alcalde del Distrito Federal procede de las filas del PRI, donde ocupó el cargo de presidente en su Estado natal de Tabasco. Sus constantes referencias a la "voluntad del pueblo" como guía de su quehacer político despiertan los mayores recelos.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de junio de 2005