El nuevo ministro de Educación francés, Gilles de Robien, ha optado por congelar la aplicación de la reforma educativa iniciada por su antecesor, François Fillon, que había generado importantes protestas, tanto por parte de los enseñantes como de las asociaciones de padres. Sin embargo, un portavoz del ministerio se apresuró ayer a dejar claro que no se trata de cuestionar la ley ya aprobada en el Parlamento. "El ministro necesita tiempo para reunirse con todas las partes, por eso se han retrasado las fechas, lo que no pone en cuestión la ley", dijeron estas fuentes.
Robien, el único miembro de la centrista UDF en el nuevo Ejecutivo de Dominique de Villepin, ha suspendido los decretos que debían ser aprobados antes de las vacaciones para que la ley Fillon pudiera entrar en vigor el próximo mes de septiembre, con el comienzo del curso escolar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de junio de 2005