Enrique entró en la página de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) " la meca de la reclamación de consumidores por malas artes". "Primera sorpresa: debo solicitar que no me envíen publicidad y que no faciliten mis datos (siempre he creído que es mejor y más correcto que yo lo solicite", explica.
"Segunda sorpresa: como en la mayoría de los ganchos poco claros, he de facilitar mis datos por adelantado para el cobro, y estar pendiente de avisar si no quiero continuar. Tercera sorpresa: cuando se pulsa en el enlace transferencia bancaria resulta que en realidad es una domiciliación bancaria, por lo que si me despisto, me cobran. Cuarta sorpresa: trabajo con el navegador Firefox y con Explorer. Con ninguno de los dos he podido completar su formulario para ponerme en contacto con ellos", añade Enrique.
La OCU ha enviado una extensa carta a Ciberp@ís en la que expresa la importancia y la independencia de esta organización. Y aclara las sopresas: "OCU procura un respeto exquisito no sólo a la ley, sino a todos los consumidores, pero también se aprovecha de las posibilidades que le permite el ordenamiento jurídico para realizar sus campañas de promoción, consciente como es de que el día que no tenga socios que confíen en ella, habrá dejado de existir. Y en ese ámbito se sitúan las tres primeras sorpresas de nuestro comunicante, con quien no podemos compartir su planteamiento acerca de 'ganchos poco claros'. Nuestra oferta es bien transparente".
En el mensaje la OCU asegura que la página no presenta incompatibilidad con los navegadores. "No obstante, la imposibilidad de remitirnos el formulario y el mensaje de error recibido al enviarnos el correo se deben a una incidencia técnica que estamos intentando resolver lo antes posible", concluye.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 9 de junio de 2005