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OPINIÓN DEL LECTOR

Cuatro minutos por paciente

¿No es sorprendente que el Servicio Andaluz de Salud fije al médico un tiempo de cuatro minutos por usuario para que lo atienda?

En cuatro minutos, el médico debe identificar al enfermo, acceder a sus datos en el ordenador, preguntarle por las razones de su visita, hacer su diagnóstico y explorarlo si así lo cree oportuno, hacer las recetas y explicar al usuario cómo administrar lo recetado, rellenar eventuales formularios para solicitar pruebas analíticas o derivación a hospitales o especialistas..., y, si puede, aconsejar al usuario. Todo puede ir bien si el sistema informático no se queda bloqueado o si no se producen fallos en la impresora. Además, el médico está obligado a mantener el mismo grado de concentración en su trabajo desde el primer al último usuario.

Es obvio que la profesionalidad del médico le hace olvidar los dichosos cuatro minutos y actúa de acuerdo con sus criterios y conciencia. Pero, al otro lado de la puerta, se acumula el trabajo y, en la mayoría de los casos, la diferencia entre la hora de la cita y el pase efectivo a consulta supera la hora. Esto lo sufre el usuario que, por ignorancia, culpa a veces al médico olvidando que los responsables están por encima. El trabajo de decantar a los ciudadanos por la privatización de la sanidad parece hacerse desde dentro mismo de la sanidad pública.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de junio de 2005