Vitoria se tiñó ayer de blanco y azul, los colores del Alavés. La capital vivió una tarde histórica con el recibimiento y agasajo a los jugadores que han devuelto al equipo a Primera dos años después: 40.000 aficionados vivieron su particular fiesta en la plaza de la Virgen Blanca, donde rindieron homenaje a la plantilla, que se paseó en autobús por la ciudad.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de junio de 2005