Al menos una persona murió y 17 edificios fueron destruidos después de un fuerte terremoto -de 7,9 grados en la escala de Richter- que sacudió la región norte de Chile, sobre todo las ciudades de Arica e Iquique, muy cerca de las fronteras con Perú y Bolivia, según autoridades locales citadas por la agencia France Presse.
Muchos ciudadanos huían presa del pánico de los escombros de los edificios dañados. Según las autoridades, la región norteña -que tiene una densidad de población de cinco habitantes por kilómetro cuadrado y que es rica en yacimientos minerales, especialmente de yodo- comenzó a verse afectada por cortes de electricidad y telefónicas. El seísmo se sintió también en la capital boliviana, La Paz, y en los departamentos de Arequipa, Moqegua y Tacna, en el sur de Perú.
Expertos en oceanografía aseguraron que no había riesgo de que se generara un tsunami porque el epicentro se localizó en una zona montañosa y no en el mar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de junio de 2005