Las personas con más de 65 años ya representan el 18% de la población catalana. Sin embargo, su calidad de vida está limitada por las barreras arquitectónicas existentes en sus viviendas. Seis de cada 10 ancianos catalanes "tienen graves problemas de movilidad debido a que sus hogares no están adaptados a sus necesidades", lamentó ayer Jordi Bertran, director de Salud de Agrupació Mútua. "La falta de ascensores, por ejemplo, provoca que al 37% no le quede más remedio que subir varios pisos a pie", lo que multiplica el riesgo de accidente.
Bertran, que presentó un informe sobre la vivienda de la tercera edad en Cataluña, recordó que el 20,5% de los "abuelos catalanes" viven solos, y que, a pesar de los avances médicos, "el 60% padece artrosis y el 40% sufre fuertes dolores de espalda", lo que agrava su situación "considerablemente".
Según el director de Salud de Agrupació Mútua, el miedo a caerse es uno de los principales obstáculos a los que estas personas tienen que hacer frente diariamente. "Según otro estudio elaborado en Mataró durante 2004", apuntó, 4 de cada 10 ancianos se caen al suelo, como mínimo, "una vez cada 12 meses". Y el pavor a la recaída es, precisamente, lo que provoca que se aislen en el interior de sus hogares.
Por otra parte, Bertran destacó que el 74% es propietario del piso en el que vive, por lo que, a su juicio, la solución pasa por hacer las remodelaciones pertinentes, como "incorporar un dispositivo de seguridad que avise a los familiares en caso de caída, o instalar pasamanos de pared en todos los pasillos de la casa". Otra posibilidad, dijo, "es dar a conocer los apartamentos tutelados", que, entre otras comodidades, disponen de "vigilancia médica las 24 horas del día".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de junio de 2005