"Razones morales me impiden apoyar la adopción de niños por homosexuales. Insisto en mi opinión al respecto: ni la represión de antes, ni el orgullo de ahora. La pieza esencial de nuestra sociedad es la familia, y debilitarla se volverá, más tarde o más temprano, en contra de todos. Los niños deben tener un padre y una madre. En igualdad de condiciones, habría que primar la adopción por parte de un matrimonio".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de junio de 2005