Cataluña vive una de las oleadas migratorias más importantes en los últimos años, fenómeno que las escuelas han notado sobremanera. Los datos lo confirman: en 1991 había 9.868 alumnos inmigrantes en los centros educativos catalanes, y este curso, 89.470. El número de escolares extranjeros representa ya el 9,06% del total. La inmigración y el papel del catalán en su integración es una realidad sobre la cual la Plataforma per a la Llengua, con el apoyo de la Fundación Carulla, ha querido reflexionar y en torno a la cual ha elaborado el estudio El alumnado recién llegado y el catalán. Una perspectiva transversal, que ayer presentó la directora del proyecto, Natàlia Gomà. El informe pretende contribuir a la integración del alumnado inmigrante mediante el catalán y propone medidas para evitar los guetos, fomentar espacios de socialización y potenciar la figura del mediador cultural, entre otros objetivos. Según Gomà, también se debería considerar la posibilidad de repartir el alumnado inmigrante entre las escuelas públicas y privadas mediante comisiones de escolarización o la fusión de escuelas, como ha ocurrido en Vic.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de junio de 2005