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CARTAS AL DIRECTOR

Los efectos y las causas

Sabadell, Barcelona

Ya tenemos firmado el acuerdo bilateral UE-China para la regulación de textiles durante el periodo 2005-2008. En principio, no deja de ser un éxito de la diplomacia europea, encabezada, en esta ocasión, por el comisario Mandelson.

Sin embargo, a poco que uno reflexiona, llega a la conclusión de que estamos obrando sin la lógica necesaria; paliamos los efectos pero no actuamos sobre la causa. Obtenemos un compromiso de aplicación de cuotas para un determinado número de productos -diez en total-, para los cuales volveremos a los contingentes hasta el año 2007, o 2008 en el mejor de los casos. Y ello a cambio de una más que posible renuncia a aplicar cláusulas de salvaguarda a los otros productos.

El esfuerzo para alcanzar el acuerdo es importante, pero las causas subsisten. China sigue estando ahí con las enormes ventajas de una divisa significativa e irrealmente devaluada contra cuya eficacia competitiva exportadora no hay quien pueda.

¿Creemos de verdad que las cuotas van a solucionar el problema? En el supuesto más favorable, se atemperará el fenómeno pero el negocio importador ya está consolidado y todos sabemos que el control de importaciones textiles siempre ha sido difícil por las características del mismo producto o por juego del "origen". Ahora no será distinto.

Un yuan infravalorado arrasa controles, comisiones de vigilancia, monitorizaciones y demás inventos reguladores.

Y lo peor; seguirá diciéndose que se conceden tres años más a la industria para que haga los deberes. Y a ello sólo cabe responder que los deberes se hicieron ya en gran parte y con la prestancia suficiente como para afrontar un flujo derivado de una agresiva competencia exterior, no un alud provocado esencialmente por los efectos de una moneda artificialmente manipulada a la baja.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 17 de junio de 2005