Es posiblemente el más insólito de los infinitos festivales veraniegos españoles. Por el hecho de que no se publicita, por el lugar en que se celebra -Alcalá la Real, en las tierras aceituneras de Jaén- y por su carácter comprometido y no comercial. La gratuidad de Etnosur -Encuentros étnicos en la Sierra Sur es su lema- permite que sus organizadores, al frente de los cuales se halla el periodista Pedro Melguizo, se atrevan con artistas todavía desconocidos en España y que monten carteles arriesgados: el pasado año juntaron al cantaor Diego Carrasco y al pianista Dorantes con el trío jazzístico formado por Jorge Pardo, Carles Benavent y Tino di Geraldo, un cartel bautizado como Flamencos del siglo XXI que fue grabado y ahora está disponible en DVD.
La novena edición, que se desarrollará del 15 al 17 de julio, presta especial atención a la música y a la cultura de Jamaica, con presencia de un descendiente de Marcus Garvey, el legendario inspirador del rastafarianismo. Aparte, tienen cabida artistas con las más diversas propuestas, desde la nigeriana Wunmi a los polacos Kroke, aunque su exclusivo final de fiesta busca establecer complicidades entre tres cantantes-compositores que unen España con Suramérica: Jorge Drexler, Leo Minax y Javier Ruibal; igual que ocurrió con los flamencos del año anterior, se espera que interactúen entre sí. El Premio Etnosur se entregará a los responsables de la revista El Jueves.
Etnosur es también un (logrado) experimento de convivencia. Los 22.000 habitantes de Alcalá la Real acogen a una multicolor masa de visitantes atraídos por el boca a oreja, que sobreviven risueños al castigo solar y se desperdigan por los diferentes recintos. Todos disfrutan, aparte de la música en directo, de talleres, mesas redondas, conferencias, teatro, circo, cine, cuentacuentos, sesiones de pinchadiscos e infinidad de puestos de ONG.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de junio de 2005