Las temperaturas por encima de los 30 grados no colaboraron con el espectáculo de magia preparado en la tarde de ayer en el paseo de Abandoibarra. A primera hora el público buscaba una sombra y dejaba solos a los magos con sus números de manipulación, escapismo o juegos malabares. Era parte del espectáculo La ría mágica, que conmemoró el 705 aniversario de la villa de Bilbao con una fiesta de música y pirotecnia, que se animó con el fresco del atardecer y se prolongó hasta después de la 1 de la madrugada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 19 de junio de 2005