Mi desgracia empezó cuando dejé pasar a una señorita que en representación de Gas Natural pidió examinar mis últimos recibos de gas y electricidad. Cuando la vi rellenar formularios y empecé a sospechar que me estaba preparando un contrato de suministro de electricidad, le avisé que yo no pensaba firmar nada, pues quería continuar como estaba. Se enfadó y se fue, amenazándome con que, aunque no firmara, tendría que aceptarlo. Y así sucedió.
Debió de hacer una rúbrica falsificando mi firma porque días más tarde recibí una carta felicitándome por mi decisión. Llamé a sucesivos números de teléfono y acabé dirigiendo un fax a la sección de bajas. No me respondieron. Días más tarde recibí una carta anunciándome el cobro de 73 euros más IVA por los servicios de calefacción a gas. No tengo ni quiero calefacción, así que llamé protestando y fui al banco para pedir que no pagaran. El 5 de mayo recibí una tercera carta agradeciendo mi contratación de Servi Gas. Y el 10 de junio otra informándome de un contrato del servicio de gas con calefacción por 73,3 euros más IVA, y en "firma del client" un sello que dice "contractat telefónicament". Temo llamar, pues como resultado de mi llamada pidiéndoles que, por piedad, me dejen en paz, puede resultar que he contratado algo más.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de junio de 2005