Poco más de un centenar de músicos se manifestaron ayer por la tarde en el centro de Barcelona para denunciar la situación en que se encuentra la música en vivo. Convocados por la Unión de Músicos de Cataluña, los manifestantes acudieron a la plaza de Catalunya vestidos de negro y siguieron la marcha interpretando la Marcha fúnebre de Chopin. La protesta, que coincidía con el Día Internacional de la Música, concluyó en la plaza de Sant Jaume, donde los músicos entregaron un manifiesto en el Ayuntamiento de Barcelona y en la Generalitat. En el texto reclaman, entre otras cosas, que se modifique la normativa que impide a bares y locales públicos programar actuaciones en directo. La ciudad también acogió el lado festivo de la jornada con varios conciertos que se celebraron al aire libre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de junio de 2005