Con olimpiadas o sin ellas el deterioro medioambiental es progresivo y en nuestra ciudad, la mayor parte de la degradación atmosférica es producida por los vehículos motorizados. Todos perdemos, si no se corrige esta tendencia.
La bicicleta forma parte de las soluciones que pueden aliviar esta situación. Creo que esto fue, aprovechando el Día Mundial del Medio Ambiente, el objeto del paseo en bicicleta desde la Dehesa de la Villa a Cibeles el domingo 5 de junio y no la carrera olímpica.
Quienes utilizamos la bicicleta como medio de transporte, no somos deportistas, tampoco circulamos a contrarreloj, ni superamos ninguna prueba de esfuerzo, ni llegamos a ninguna meta. Simplemente, nos desplazamos sin ruido y sin humos, siguiendo las normas de tráfico y utilizando las calles que hay. A nuestro alcalde le toca promover, concienciar, facilitar y crear condiciones de seguridad para el desarrollo de este sostenible modo de transporte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de junio de 2005