¡Enhorabuena, señor alcalde! Le escribo porque intuyo la que le estará cayendo por su cívica, ecológica y solidaria medida, e imagino que un poco de reconocimiento no le vendrá mal. Estamos ante el año más seco de los últimos 60 y ante el inicio de un ciclo de sequía según la ministra Narbona. En un mundo donde los occidentales limpiamos nuestras heces con agua potable mientras más de 1.500 millones de seres humanos no tienen acceso a ella, gestos como el suyo demuestran que una nueva cultura del agua no solo es necesaria sino además posible.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de junio de 2005