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Editorial:

Pésima combinación

La coincidencia del encarecimiento del petróleo y el abaratamiento del tipo de cambio del euro constituye una mala combinación de factores para economías como la española. Cuando el precio del barril llega casi a los 60 dólares en el mercado al contado y en los contratos de futuros para entrega dentro de un año, quedan limitadas de forma muy grave las posibilidades de recuperación de las economías europeas más débiles; en otras, como la nuestra, agudiza sus dos principales desequilibrios, la inflación y el déficit exterior.

Lo peor es que no hay factores que ayuden a prever un cambio de tendencia a corto plazo. La demanda mundial sigue superando a la capacidad de bombeo de los productores. Particularmente intensa sigue siendo la demanda china y estadounidense. Los integrantes del cartel de la OPEP no hacen sino ir reconociendo formalmente de forma sucesiva los aumentos decididos de hecho por cada país productor. Las dificultades de refino para la obtención de derivados ya no se limitan a EE UU, sino que en los últimos 12 meses se han extendido a otros grandes consumidores, Europa incluida. Todo ello en un contexto de permanente inestabilidad geopolítica en el Golfo, la zona que exporta casi el 40% del total mundial.

Para la economía española, intensamente afectada por la letal combinación de petróleo caro y euro en retroceso, la principal lección es que hay que aumentar la eficiencia, es decir, producir utilizando menos energía, como han hecho las economías más avanzadas. La segunda recomendación es que resulta necesario diversificar las fuentes de generación energética. El Gobierno debe instrumentar con toda urgencia un plan de ahorro energético con el fin de reducir los que sin duda serán efectos más adversos que para otros países.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de junio de 2005