La decisión adoptada por el Gobierno en el último Consejo de Ministros del Gobierno de enviar 3.488 toneladas de cenizas térmicas a la planta de Lafarge Asland de Sagunto para su transformación en cemento ha supuesto el inicio de otro episodio en el amplio escenario de fricciones entre el Consell y el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer el consejero de Territorio y Medio ambiente, Rafael Blasco, arremetió contra Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente, de "abuso de poder". Según Blasco, el Consell no ha recibido información sobre las intenciones del Gobierno ni ha sido consultado, a diferencia de la Generalitat de Cataluña, donde recibirán el tratamiento previo a la conversión en cemento. Asimismo, denunció que estos residuos pueden poner en peligro la calidad ambiental de la Comunidad Valenciana.
La peripecia de este cargamento de cenizas contaminadas por cromo VI empezó el 9 de diciembre de 1999 cuando el buque MV Ulla inició su viaje desde Avilés a Argelia, destino original de la carga, donde ACS Dragados tenía previsto utilizarlos en la obra de una presa. Sin embargo, la empresa los rechazó por su mal estado. Entonces, el capitán del barco, según explicó en su momento el ministerio de Medio Ambiente, tomo la decisión "unilateral" de dirigirse con la carga a Alejandreta (Iskenderun), en el sur de Turquía. Tras diversos avatares sufridos por este buque plagado de irregularidades, el Gobierno de España decidió su repatriación trasvasando los residuos a otro barco en mejores condiciones. El regreso se demoró por los procesos judiciales sobre quién debía correr con los gastos en España; y por un embargo de las autoridades turcas sobre el barco. Por fin, el 3 de septiembre de 2004 se habían despejado los obstáculos, pero el barco se hundió tres días después. El uso de cenizas obtenidas de los humos de las centrales térmicas en la construcción está muy extendido. Sólo en 2001, la UE empleó 18,7 millones de toneladas, de acuerdo con la asociación de reutilizadores de residuos del carbón Ecoba.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 26 de junio de 2005