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OPINIÓN DEL LECTOR

¿Al lado de quiénes está la Iglesia?

Hace tiempo que recibo correos electrónicos sobre las diversas barbaries que se están produciendo en el mundo. Violación de niñas en Suráfrica. Negocios de la familia Bush en unas minas de oro de Chile. Independientemente de los correos, están las noticias: me tomo el café con una docena de muertos en Irak, con otra docena de muertos en el Estrecho; o la muerte de una niña de dos años por malos tratos y agresiones sexuales. En toda esta masacre, ¿dónde está la Iglesia?, ¿qué manifestación han convocado los obispos contra la guerra, contra la violación de niñas, contra las muertes en el Estrecho?, ¿qué hacen para impedir el hambre o la propagación del sida?

Me consta que hay personas cristianas implicadas en trabajar con los más necesitados en remotos países, o en los barrios deprimidos. Conozco a algunos de estos sacerdotes a los que admiro y respeto, pero éstos son los que no se oyen, los que la Iglesia utiliza para lavar su imagen, los que están en contra de la represión, la injusticia y la marginación. Pero, desgraciadamente, los altos cargos de la Iglesia están más preocupados en mantener sus prebendas, sus cargos y sus fuentes de ingresos, asegurados por un partido reaccionario y de la derecha más ultra, que en denunciar injusticias o estar al lado de los que menos tienen, o enfrentarse a gobiernos y políticos que tienen la represión de sus pueblos como estrategia de mandato. ¿Ha avanzado algo la Iglesia desde los tiempos de la Inquisición? ¿Tendremos que temer que nos acusen de brujas, de homosexuales o simplemente de no creyentes para sentir el peso del pecado en forma de enorme pancarta? Será que el Espíritu Santo que inspira a estos iluminados en la lucha contra los derechos humanos en vez de una paloma resulta que son dos y que se han convertido en gaviotas. Menos mal que nos queda la de Picasso.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de junio de 2005