Don Juan José Millás dedica su última columna a las elecciones autonómicas gallegas, y deduce de ellas una conclusión meridianamente clara: que los gallegos somos raros. No puedo siquiera imaginarme qué podría llegar a pensar el señor Millás de los gallegos si los acontecimientos bien conocidos que protagonizaron en su día los diputados Sáez y Tamayo se hubieran producido en el Parlamento de Galicia en lugar de en la Asamblea de Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de junio de 2005