Casi es preferible perder y llorar amargamente que no ganar y ver impotente cómo las grandes corporaciones, públicas o privadas, machacan ciudadanos normales que ningún mal hacen, sino lo contrario, con lo que uno se vuelve anarquista cuando menos y radical con razón cuando más.
Soy vecino del paseo Imperial, 53, llevamos 13 años litigando y ganando contra el Ayuntamiento de Madrid, Renfe y Ferrovial, porque nos destrozaron la casa al soterrar chapuceramente el túnel del Pasillo Verde Ferroviario. Bastante es vivir con tu casa llena de grietas como para hacerlo durante 13 años. Pobres los del Carmel a los que no se les llegó a caer la casa, lo van a desear como nosotros. Ahora mismo los culpables están llamados por el juez a reparar nuestro edificio antes de 6 meses, pero llevamos 4 y ni rastro.
Nunca hemos hecho nada malo, pero si el Ayuntamiento de Madrid se comporta así cuando es culpable, casi que nos da igual serlo a nosotros, el trato será el mismo. El que a yerro vive...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de junio de 2005