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Biarritz rinde homenaje a Zao Wou-Ki con una retrospectiva de pinturas y tintas

La obra de Zao Wou-Ki, artista que representa un puente entre la tradición clásica china y la modernidad, se muestra desde el 3 de julio en el Espacio Bellevue, de Biarritz, dentro de la exposición Peintures et encres de Chine, 1948-2005 (Pinturas y tintas de China 1948-2005, que se podrá ver hasta el 3 de octubre.

Biarritz rinde homenaje a este artista alejado de todo tipo de normas, presentando una retrospectiva de 80 obras originales, de las que muchas son inéditas. En total, la muestra reúne 57 pinturas y 23 tintas realizadas por el artista de Pekín a lo largo de su vida artística. Hay piezas creadas en 1948 junto a otras de este mismo año, de distinto formato. La retrospectiva fue presentada ayer en la sala Rekalde de Bilbao por el comisario de la muestra, François Marquet, y el historiador de arte y asistente personal de Zao Wou-Kim, Yann Hendgen.

Descendiente de una antigua dinastía china de músicos, Zao Wou-Ki, nacido en 1921, ocupa un lugar privilegiado en la escena artística internacional. Su obra se expone en las instituciones museísticas más relevantes del mundo: París, Nueva York, Londres, Kyoto... Estudió pintura tradicional y al óleo en la Escuela de Bellas Artes de Hangzhou, escuela de la que también fue profesor. En 1948 se trasladó a París, donde se hizo amigo del escritor Henri Micheaux y de los más famosos pintores de Europa de la época: Picasso, Miró, Giacometti, Vieira da Silva, Hartung y Soylages, entre otros. Comenzó a pintar bajo la inspiración de Klee, Picasso o Matisse, pero desde 1954 se orientó hacia una abstracción lírica de gran sutileza, donde encuentra la forma de conciliar su cultura de origen y la creación propia del arte occidental.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de junio de 2005