En los años setenta, Goran Bregovic destacó como rockero en la antigua Yugoslavia con grupos como Bijelo Dugme. Sin embargo, una década antes, aún adolescente, también amenizó a comensales de restaurantes con el folclor de su país. Esta fuente ha determinado precisamente su éxito internacional al frente de la Banda de Bodas y Funerales con la que hoy (21.00; 28 a 36 euros) actúa en el palacio Euskalduna de Bilbao. Con ella se ha convertido en uno de los principales embajadores de la música balcánica y protagoniza veladas en las que combina componente épico, solemnidad y el espíritu festivo de las celebraciones de región de origen.
La tradición balcánica es la principal inspiración del su repertorio, enriquecido con influencias contemporáneas y que funde instrumentos y voces tradicionales con sintetizadores, polifonías búlgaras, melodías zíngaras, fanfarrias balcánicas, reminiscencias pop y detalles electrónicos. Una mezcla que encaja con la personalidad de este artista, nacido en Sarajevo de madre ortodoxa serbia y padre católico croata, y esposo de bosnia musulmana.
La obra de Bregovic se asocia al universo cinematográfico de Emir Kusturica y a largometrajes como El tiempo de los gitanos, Arizona dream y Underground, lo que ha permitido a su autor completar un listado de colaboradores que incluye a Iggy Pop, Cesaria Evora, Scott Walker, Ofra Haza, y los actores Johnny Depp e Isabelle Adjani. Actualmente reside en París, aunque regenta un estudio de grabación en Belgrado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de junio de 2005