El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció ayer que ha firmado un convenio de colaboración con el Consorcio de Transportes para estudiar la ubicación de una red de aparcamientos disuasorios, a las afueras de la capital, destinados a los vehículos que de lunes a viernes entran en la ciudad desde otros municipios o comunidades autónomas.
"Serán aparcamientos en superficie de gran capacidad, vigilados toda la jornada y con conexión directa con la red de transportes, a ser posible el metro", expuso el regidor. La intención del Ayuntamiento es que estén distribuidos "en el entorno de la M-40 y, allí donde sea posible, en las radiales".
También precisó que la situación ideal sería aquélla en la que el aparcamiento estuviera directamente conectado con el metro, incluso a través de un ascensor. El alcalde explicó que tenía en mente Arganda o Pitis, como lugares donde puedan construirse.
Además, explicó que para cumplir su papel, el coste de dejar el vehículo en estos aparcamientos deberá ser inferior al de las plazas reguladas por parquímetros del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) y también al de las plazas de rotación de la ciudad. "No penalizaremos a quien no los utilice, pero sí bonificaremos mediante tarifas notoriamente inferiores al coste del aparcamiento en el centro", agregó.
"Vamos a ver la disponibilidad del suelo y su calificación, para ver si hay que comprar o expropiar", agregó. Para ello, la iniciativa tiene como punto de partida el estudio aprobado ayer, con un coste de 90.000 euros, aportados a partes iguales por el Consistorio y el Consorcio. Desde su contratación, se abrirá un plazo de seis meses para realizar el estudio. "Ésta es una iniciativa ambiciosa a medio plazo, pues supone crear una malla de aparcamientos", aseguró Gallardón, que agregó que serán necesarios muchos estudios. "Tendremos que firmar convenios específicos con ayuntamientos del entorno de la capital".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de julio de 2005